Me encanta que te trabes cuando hablas muy rápido, que pongas voz de pito cuando estás nerviosa, que pases a limpio todos los apuntes que tengas, que seas organizada dentro de tu desorden, que te rías de una forma tan graciosa y que te vistas igual en verano que en invierno.
Odio cuando te enfadas y pegas puñetazos contra la pared, cuando me hablas de tu "hermana" y cuando haces como que no me oyes cuando te pregunto.
Hay momentos en los que me asusta que te hayas convertido en algo tan importante en tan poco tiempo, sin embargo si lo pienso, tengo que dar gracias porque te hayas cruzado en mi camino, porque me aportas ese sentido del humor que me falta, y es que consigas que me ría hasta cuando estoy de un humor de perros.
Gracias por todo lo vivido hasta ahora y por todo lo que aún nos queda, estoy segura de que como mínimo será tan bueno como lo anterior.
FELICES 18
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